Como ya he comentado alguna vez me gusta escribir y a veces en mis ratos libres escribo cosas, cosas que me vienen a la cabeza. De vez en cuando escribo trocitos de lo que podría ser una novela (guardando mucho las distancias, claro). A veces basados en algo que me ha pasado y otras nada tiene que ver con la realidad.
Hace un rato algo me ha hecho recordar que hace unos meses escribí esto.
Laura se cercioró una vez más del numero de habitación, miró el mensaje, miro la puerta y llamó tímidamente. Mientras levantaba su puño, por un instante, pasó por su cabeza la posibilidad de que la hubiera engañado, pero era demasiado tarde, ya había golpeado la puerta y esperó con algo de ansiedad a que le abrieran. Al oír el suave sonido de los nudillos de Laura contra la madera Ben salió del baño descalzo y con el torso desnudo mientras se cepillaba los dientes y abrió pausadamente la puerta. Los dos sabían xk estaban en ese momento y en esa situación en esa habitación de hotel.
Él volvió a entrar al baño y la dejó bajo el umbral. Ella, en un intento de parecer natural, caminó sobre el parquet marcando sus pasos con sus ruidosos tacones hasta el pie de la cama, se sentó, levantó la pernera de su pantalón y bajó la cremallera de sus botas con decisión tirando suavemente de ellas y dejándolas en el suelo. Se quedó sentada en la cama con aire despreocupado manteniendo una conversación vacía mientras esperaba que Ben saliera del baño.
Ben se acercó sigilosamente con los pies desnudos hacia ella y se tumbó sobre el colchón boca arriba abriendo los brazos. Laura observaba su torso desnudo dudando de cómo debía actuar. Había esperado mucho tiempo poder estar a solas con Ben pero siempre que se encontraba cara a cara con él sentía que se cohibía, flojeaba, sentía que una sensación extraña recorría su espalda y que le costaba hablar.
Finalmente, y con la conversación vacía de banda sonora, Laura se recostó, apoyó su cabeza sobre el brazo de Ben y fue acercando la cara a su pecho. Ben dobló el brazo para acariciarle su pelo rojizo y aunque no le gustaban las mujeres de melena larga, sintió una suave sensación al pasar los cabellos entre sus dedos.
La conversación se fue apagando, Laura le miró a los ojos y él empujó su cabeza suavemente para acercar sus caras y la besó. Ella notó los labios carnosos recorriendo su boca y suspiró, como si no se creyera que aquello estaba sucediendo. Perfiló sus labios con la lengua y la besó en el cuello mientras ella cerraba sus ojos para sentirlo aun más.
La historia sigue pero dejaré que corra vuestra imaginación : )= que me voy a cenar con mis niñas a que me hagan reír, que hace un montón que no nos vemos.
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