Estimado sr Barril

La risa de las élites

De vez en cuando algún editor publica libros que pretenden hacernos reir. Se trata de libros que relatan las anécdotas de la ciudadanía con los farmacéuticos, los médicos, los jueces o los funcionarios. ¡Qué divertido!

Se ponen en página las confusiones terminológicas de los usuarios. Esos estamentos son en realidad autores por partida doble. Por una parte compilan los desencuentros verbales entre el pueblo y los brujos. Por la otra son los responsables de ese distanciamiento al ser los creadores de una jerga incomprensible.

En este tipo de libros esos autócratas del lenguaje pretenden reirse endogámicamente de la gente común que cae en las trampas lingüísticas que ellos mismos han creado. No tienen vergüenza. Incapaces de hacer las cosas fáciles a los usuarios, prefieren mantener un código abstruso y luego decir que los tontos somos los demás.

Joan Barril (el periódico de Catalunya 11/11/08)

Con todos mis respetos hacia el Sr Joan Barril, y por la parte que me toca, empezaré diciendo que yo no invento los términos médico-farmacéuticos que se usan, sólo creo que son jergas del sector. Cada sector tiene las suyas, yo no me entero de nada cuando voy al mecánico y me habla de la junta de la culata...... y seguro que su sector tiene las suyas.
Por otro lado le diré que la señora que lleva al niño al pederasta en lugar de al pediatra, el señor que quiere un locutorio y un científico para los dientes en lugar del colutorio y el dentífrico o el que va de vista al Doctor Rino en lugar de al otorrino entienda o tenga en su vocabulario diario palabras como las que usa en su escrito de hoy :autócratas o endogámicamente.
Yo no me río de que alguien no tenga cultura farmacéutica o cultura general, pero me hacen gracia situaciones que vivo día a día y si, me gusta compartirlas con otros colegas del sector y estoy segura que usted podría hacer lo mismo al leer este post y ver (seguramente) que me debo saltar todas y cada una de las normas periodísticas al escribir.

LA BRUJA......