He visitado un país donde ya había estado, recorrí Túnez a toque de pito en el 98 (si mal no recuerdo) como viaje de final de carrera, también lo pase bien, pero nada que ver con este viaje.
El viernes nos encontramos todos en Montpellier donde pasamos la noche para partir al día siguiente hacia Marsella y enlazar con el barco que nos llevaría hasta Túnez. La salida del barco y la llegada fueron desastrosas. Horas de espera para sellar mil papeles para poder entrar en el país hicieron que nos tuviéramos que saltar la primera etapa off-road para poder llegar hasta Sbeitla.
El lunes ya pudimos pisar tierra y arena, la verdad es que se me mezclan los días.Han sido un montón de km por arena y pista. Conducir por las dunas es una sensación única y casi indescriptible, donde hay que ir con los 5 sentidos a tope, cualquier error te deja enganchado en la arena. Aunque eso también forma parte del encanto del desierto: empujar los mitxus, planchas, palas y eslingas y quedar embadurnado de arena por todos los costados.
Estaba prevista una pequeña incursión en territorio argelino, pero eso siempre depende de cómo andan las relaciones entre países y al parecer la semana anterior habían tenido algún problema con un grupo francés, así que nos dirigimos camino de los decorados de Star Wars, las casas donde residía Anakin en Episode 1. Aunque todo Túnez es decorado de todas las sagas de Start Wars y de Indiana Jones entre otros.
El miércoles partíamos de Douz, atravesando las dunas de Bibane hasta llegar a Ksar Guilane y dormíamos en un oasis (me he pasado el verano mirando la foto de ese oasis cada vez que alguien me decía que se iba de vacaciones). Arena y dunas era todo lo que se veía alrededor. En uno de los pit-stops, mientras esperábamos que llegara parte de la organización, alguien se pegó un buen tajo en el dedo gordo con su querida leatherman mientras arreglaba uno de los mitxus. Tras algo de nervios el médico le cosió a lo vivo el dedo y al grito de HAZ FOTOS, obedecí ordenes .....
Durante esta misma jornada mientras subíamos a una duna, me lleve un pequeño susto. Aunque se pueda adelantar elegantemente, me quedé algo atrás en mi turno de subir la duna. Después de alguna que otra enganchada 5 coches la superaron e hicieron el recorrido por ollas algo más largo que el resto. Aconsejaron que no subieran más coches y a mi me pillo en medio, así que tuve que volver sobre mis rodadas para encontrarme con resto del grupo que había quedado atrás. El problema es que no volví exactamente sobre las rodadas y de golpe me encontré con un pequeño salto de 2 metros. La verdad es que me quedé sin saber muy bien lo que había pasado, las gafas de sol me saltaron por el coche, la parte frontal de mi querido mitxu quedó algo tocada. No es que fuera nada del otro mundo, pero me asuste por no verlo venir y pensar que podía haber sido peor.
Sólo quedaban unos km para llegar al Pansea pero preferí no coger el coche y teniendo en cuenta quien lo dice..... gracias Nacho por aguantar mi episodio floreta :) ( ¿a ver esas galletas?)
El jueves tocaba jornada con final en el campamento de Gherba, la noche en el desierto, mítica noche entre tiendas, pacharanes, ron, whisky, aullidos, bengalas y quesos amputables. La noche dio bastante de sí, aunque las dos horitas escasas de sueño se notaron a la mañana siguiente.
El viernes era el último día que discurría por las dunas hasta llegar al asfalto, aunque a modo de despedida una pasadita por la playa de Gabes hizo necesario el despliegue del arsenal otra vez. Algunos pasamos con más facilidad pero con otros hubo que tirar de planchas una y otra vez! Incluso alguno perdió los nervios y pegó unos cuantos berridos jeje.
La etapa acababa en Kairouan, ducha rápida y pequeña visita a la ciudad, aunque la mayoría de establecimientos estaban cerrados por el fin del Ramadán. A la hora de cenar hubo que esperar a los pobres rezagados que se había quedando arreglando el 2.8, fue por los pelos que no se quedaron sin cena.
El sábado la jornada no prometía demasiado, era sólo un enlace hasta Túnez capital para ir a hacer un poco de turismo. Llegamos pronto al hotel y decidimos ir a comer a Sidi bou said, mientras algunos se enamoraban de tunecinas que poco tenían que ver con las que habíamos visto hasta entonces, empezó a diluviar. Las calles se llenaron de agua y corría cual rió casi por encima de las aceras. Decidimos cancelar la visita a Sidi bou said, aunque creo que algunos que estaban esperando y resguardándose en la parada del bus se acordaran de nosotros por algún tiempo.
A la noche, después de “la cena especial” entrega de premios, un par de copas en el hotel y a ver que prometía la noche tunecina. Acabamos en el Piazza, que se le podría llamar un local curioso, donde el éxito se lo llevaron los que menos se lo esperaban, un montón de risas, eso si..... Al grito de “al hotel no! Al hotel no!” y aprovechando los últimos charquitos que quedaban llegamos de vuelta al hotel. Alguno aun quedaba con ganas de algo más.
El domingo vuelta al follón del barco, copias y copias de fotos (aunque una parte de mis fotos se quedaron a medio camino) y esperar a las 12 para que Apolonia y yo recibiéramos nuestras merecidas felicitaciones.
Me quedo con un montón de instantáneas del viaje y con algunas frases que me hacen recordar ciertos momentos.
- ¿Lo he hecho bien?
- De puta madre chaval!
- Allí en la selva con tanto verde no encuentro melva
- Necesitamos el teléfono de AA tunecino...
- Despliegue de redes del capitán pescanova
- Ya no dueleeeee
- Per les roderes!!!
- 1210
- Al hotel no!!!!!!!!!!
- Te ofrecen 50 euros
- Ahora toca la internacional
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