De vez en cuando me da por darle unas cuantas vueltas a la cabeza y voy acumulando pensamientos que voy puliendo a lo largo de los días. Algunos de esos pensamientos me gusta plasmarlos aquí en el blog, otros me los sigo reservando para mi. Teorías de la vida, filosofías o maneras de enfocar los días que nos tocan pasar aquí.
No sé de que depende que me plantee más o menos cosas o que quiera compartirlas más o menos (ya sea de palabra o por escrito) y a veces me sorprendo a mi misma.... puedo escribir una comparativa entre un mosquito y Top Gun o estar planteándome la esencia del todo. Pero que le voy a hacer, tengo esos contrastes y rarezas (llevo la fecha del coche en japo......)
El hecho es que cierto día me di cuenta de lo mucho que apreciaba cuando alguien me decía algo bueno sobre mí, y aunque suelo reaccionar con cierta vergüenza, en el fondo a todos nos gusta que se nos reconozca. Y no me estoy refiriendo a que te hagan la pelota, sino a que sean capaces de ver y compartir las cosas buenas que hay en ti. Simplemente decirle a alguien que te alegras de verlo.....
No solemos hacerlo, a veces, incluso, lo comentamos con terceros antes de decírselo a la persona en cuestión.
Por eso, uno de los días que me dio por dar vueltas a la cabeza, decidí que si alguna vez veía algo bueno en alguien se lo diría y lo intento. A veces me cuesta un poco, soy algo reservada en ese aspecto y a veces no hace falta abrir la boca para que el otro entienda tu afecto.
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